lunes, 9 de julio de 2012

Para los apneistas colombianos


Hola a todos,

La verdad que la carta que escribió Frank resume más o menos lo que he sentido durante tantos años que he estado viviendo en Colombia y donde considero que empezó mi experiencia en la apnea competitiva. Antes de eso, lo veía como hobby y la pesca submarina era mi excusa para permanecer tiempos cada vez más largos en las profundidades del mar.

Fueron muchos años de lucha, paciencia, ganancias, frustraciones y errores de todo tipo que me han fortalecido pero también desanimado a veces y llevado al punto de tener que tomar una decisión radical. Decidí que si eso era lo que quería hacer, tenía primero que buscar a las personas que más representan el deporte en el país. Conocí a Karl y a Frank Pernett, mis primeros pasos en la apnea competitiva los realicé con ellos y todavía tengo muy presente los recuerdos del primer día de entreno en las piscinas del Gimnasio Moderno con Frank (cuando me pegué la cabeza contra la pared por los nervios..jejeje) o mis primeros entrenamientos dirigidos de profundidad y de estática con Karl en San Andrés, que me ayudó a conseguir los 7’26’’-

Recuerdo muy bien esa época, porque tenía una voluntad inquebrantable de seguir adelante con mi pasión a pesar de la cantidad de obstáculos que me ponían los organismos, las autoridades y los responsables deportivos en el país. El hecho de ser extranjero y practicar un deporte tan desconocido no ayudó de mucho y tenía siempre que contar con algunas amistades para poder atravesar esas barreras de un sistema tan rígido, hermético y cerrado a todo tipo de colaboración o de voluntad de ver un poco más allá de lo existente. Resultó imposible la creación de un club de apnea, más complicado todavía el poder tener un espacio para entrenar y ni hablar de organizar competencias o vivir de esta pasión. Como suele pasar, las revoluciones y los cambios no vienen de los estados e instituciones, sino de algunas personas con visión. Por eso he tratado de rodearme de gente que tiene la misma voluntad y ganas de mejorar las cosas. Así he conocido también a Felipe que acompañé en su preparación a pesar de las grandes dificultades que vivimos los 2.

Desafortunadamente, y dentro de la misma gente que compone el deporte – y que considero amigos – siguen surgiendo tensiones y desacuerdos, lo que hizo muy difícil el realizar eventos durante todo el período que estuve viviendo en Colombia (8 años). De ahí mi decisión de irme para alguna parte donde podría seguir mejorando y aprendiendo y mi llegada a Tenerife. Irónicamente, parece que ahora si se están moviendo las cosas, espero sinceramente que si, para el bien de todos los apneistas de Colombia y del mundo que podrán encontrar ahí unas condiciones y unos escenarios excelentes (diría que casi perfectos) para la práctica de esta pasión.   

Hoy, y después de muchos episodios de frustración, dificultades, bajadas de ánimo (las cosas son lejos de ser perfectas en otras partes tampoco)  tengo esperanza otra vez, de ver en mi país de adopción una nueva corriente de personas unidas por el bien del deporte y del país, sin importancia de nacionalidades o de disputas personales, que puedan construir poco a poco las bases de lo que todos queremos lograr. Y porque no, poder ser parte de este proyecto.